El mundo al otro lado del espejo.

31.12.09

Let me Go


Naia, esta misma noche, se habría tirado por su balcón.

Simone habría eclipsado totalmente a todo lo que quedara vivo de ella, y de mí.

Trece se habría dedicado a esconderse por los rincones, arrugando la nariz y poniendo cara de pocos amigos.

E Ifrit se habría quedado permanentemente observando el cielo desde el balcón, por donde se podría ver el leve esplendor del recuerdo de su pequeña.


Pero nada de eso ha ocurrido.



En mi mente queda el recuerdo de lo que fue, de lo que dolió, de lo poco que sonreí en aquellas fotografías, de los sueños rotos y la desesperación... y ahora me oigo a mí misma reír con todos los dientes, recorrer arboledas mágicas seguida por pequeñas criaturas felinas, salir al balcón despreocupada, y creo que camino mejor.


Aunque siga cojeando de la misma pata, y mi sonrisa siga siendo torcida por las noches, de madrugada.



Feliz 2010.


De mayor...


De mayor, tendré mi propia casa.

No sé si será compartida o no, pero sí que no habrá allí ninguna sensación insoportable de suciedad entre mis piernas.

Y tendré un gatito, o dos, o muchos, y deambularán por dentro y por fuera del piso, ronroneando cuando les acaricie.

Y tendré un piano de cola en mi estudio, y me dará igual si mis vecinos se quejan.

También tendré una estantería en mi cuarto dedicada exclusivamente a mi colección de cajitas de metal.

Tendré a Ifrit a mi lado, y tendré a todos los peluches que viven en la litera de arriba.

Tendré siempre una botella de vodka, sea del color que sea, y unos cuantos cigarrillos de esos negros con sabor a vainilla.



Pero, sobretodo, me tendré a mí.

29.12.09

Naia...


... es esa clase de niña dulce y aparentemente inocente a la que le ilusiona hasta el más mínimo detalle con forma de gatito o con colorines.

Pero también es de esas a las que, si le miras fijamente a los ojos, ves su lado oculto, acompañado por una sonrisa medio burlona.


Ya sabes, de esas que andan dando saltitos y emocionándose al ver el escaparate de las golosinas, y que en cuanto te llevan a su casa, te tiran a la cama, te arrancan los pantalones y te sacan hasta la última gota de tu ser.

De esas que disfrutan haciéndote sufrir, echándote miradas pícaras desde tu entrepierna, tan caliente que no se aguanta un segundo y se avalanza encima de tí, pidiendo más.



Y a la mañana siguiente, es otra vez esa niña mona de ojos de mar, con tu camisa por encima para tapar su piel desnuda y un chocolate entre las manos, sonriendo.

28.12.09

Naia...


... rió al mirar a través de la ventana, divertida como hacía tiempo que no lo estaba, y corrió a despertar a Ruk para que saliera al balcón a verlo.

Ruk salió, se llevó las manos a la boca y sonrió, sin podérselo creer.

Ahora, saliera por la noche nublada o por el día, siempe podría mirar al suelo y ver las estrellas.



Dice que ha sido uno de sus regalos de Navidad más especiales y extravagantes.

26.12.09

Tengo ganas...


... de nata montada, pero de pastelería, y de un poco de champagne fresquito en copa larga, aunque no me guste.

Tengo ganas de camisas blancas con chaleco a rayas, y de rizos suaves que me caigan en la cara.

Tengo ganas de sonrisa dulce y de mirada relajada, habiendo ahuyentado estas constantes migrañas.

Tengo ganas de té de melocotón y de café en taza pequeña, con mucho azúcar y unas pastas, camarero, por favor.

Tengo ganas de tener más ganas, de dejar de hacer equilibrios en un hilo resbaladizo sobre un acantilado de esos oscuros sin final.

Tengo ganas de ser desaliñada en la intimidad, con las luces parpadeando, un chupito de vodka azul y el pelo enmarañado, en mi habitación desastrada y llena de trastos pequeñitos en cada rincón, mientras suena alguna canción con un leve ruido de vinilo antiguo (como aquellas de Nouvelle Vague, Marlango, o alguna aria de Schmidt).



Y, aun después de todo esto, sigo teniendo ganas.

25.12.09

...


Que si vienes a mi mundo, estará todo al revés.

Las luces del techo parpadean y la botella de vodka está medio vacía.
Un montón de libros se acumulan en mi mesa, y melodías otrora bellas enmudecen en mis manos.

El cariño no se compra, y las intenciones no siempre cuentan.
Que si he pasado la noche llorando, es por falta de ilusión.



Y mi diario se queda abandonado en un rincón, ya ni siquiera tengo ganas de contarle cómo sus gritos apagaron mi corazón.

24.12.09

Hoy...


... se han abrazado todos y se han deseado lo mejor.

A Naia, que se quedase aquí mucho, mucho tiempo, y que consiguiera ver todos los amaneceres del mundo.

A Trece, que siguiera siendo así de niña y así de libre, y que encontrara la piruleta de colores más grande del mundo.

A Ruk, que su mundo dejara de estar al revés, o que al menos eso no le provocara migrañas. Y que consiguiera pasear por los sitios más bellos de la ciudad de sus sueños; Venecia.

A Simone, aunque nadie sabía muy bien qué desearle, todos han coincidido en que siga cantando desde la lejanía [aunque Trece sigue arrugando la nariz cada vez que alguien piensa en que aparezca ya].


Y a mí, me han atrapado entre abrazos, y con eso tengo suficiente cariño para todo el año.



Por tí, por mí, por vosotros, por las estrellas, por las calles mojadas, y por las noches en vela.

21.12.09

Boceto general.


Naia no deja de abrazarme, y sonríe, aunque llora, como si se le estuviera yendo la cabeza.

Aun así, sabemos que se quedará, al menos durante algo más de tiempo.

Simone aun está lejos, pero su voz se oye por todas partes, haciendo arrugar la nariz a Trece.

Ruk está sentada, con la mirada un poco ida, pero alberga esperanzas de nuevos caminos en su interior.

Y Trece está algo enfurruñada porque se le ha fastidiado su regalo de Navidad, pero pronto se le pasará y volverá a mirarnos a todos con su descaro monumental.


¿Quién más queda por ver en este mundo, al otro lado del espejo, donde cada amanecer se hace eterno reflejado en vastos mares de hielo?



Y en la oscuridad, una sonrisa de inocente perversión anuncia lo que el futuro acarreará, pero nadie puede entender lo que susurra su mente...

20.12.09

Ruk...


... pasó por delante de la tienda, entretenida, y mientras miraba las luces de su alrededor, vio su espalda.

Él comenzó a girarse, pero no alcanzó a verla antes de que se alejara bruscamente, con la vista borrosa, casi sin poder respirar y temblándole las piernas.

Caminó, torpemente, entre la gente, sin que nadie advirtiera su llanto repentino.

17.12.09

Trece...


... apareció, y la miró, con su descaro habitual.

-Hola -sonrió- me llamo Trece, ¿y tú?

Tras un largo silencio, y al ver que Naia no se apartaba del cristal, se acercó a ella.
Naia se giró y la miró a los ojos, provocándole un leve escalofrío.

-Le quieres, ¿no es así? -Naia siguió en silencio- Y también quieres quedarte, en el fondo -siguió sin contestar- Bueno, y si es así, ¿porqué no lo haces?

-Bueno, yo... -agachó la mirada- no tengo otra opción.

-Entiendo... -se quedó pensativa, frunciendo el ceño.

Naia sonrió, de repente, y le presionó la naricita con el dedo índice.
La pequeña puso cara de sorprendida, y rió con ella.


En su cabeza, ya sabía qué iba a regalarle a los que aquella muchacha iba a dejar atrás, mientras la voz de Simone resonaba en su cabeza, lejana...


I believe in nothing, but the beating of our hearts...

16.12.09

Naia...


... se envolvió en su mantita naranja, y con una de esas pajitas que tanto le gustaban, bebió otra dosis de la droga que necesitaba para mantenerse despierta. Ifrit, mientras ella le abrazaba con fuerza, pensó que ya eran cuatro noches sin dormir un par de horas seguidas, y se preocupó.

A veces, su niña cerraba los ojos durante un par de minutos, inconsciente, en medio del llanto, o mientras miraban sus dibujos animados favoritos. Pero enseguida despertaba y volvía a caminar, zombi, por la casa.

Sus ojos estaban enmarcados por sendas ojeras que asustaban a Ruk, la cual cada día le traía algo bonito para intentar animarla.

Pero nada funcionaba.

Ifrit empezó a temer lo peor la noche en que la cajita prohibida, donde se encontraba su vieja amiga de metal, volvió a ser abierta por su pequeña...

15.12.09

Naia...

... ha vuelto hoy con otra cara.

Dice que ha oído algo... lo que quería oír.
Y que, ahora, puede irse en paz.

No ha dicho nada más, simplemente se ha acurrucado y se ha quedado murmurando un "yo también" constante.

Además, he conocido a Trece.
Tiene unos ojos negros que lo escudriñan todo y a todos sin disimulo alguno, pero nadie se lo reprocha, porque claro, es una niña pequeña... o al menos eso parece.

Me ha dicho que quiere conocer a Naia. Pero que a Simone no la quiere ni ver.

14.12.09

"... lo prometo de corazón"

"Suena esa canción, la que me recuerda a tí.

Y sé que debería ser de otra manera, pero sabes... estoy cansada de llorar.

Me até con un nudo que se me antoja irrompible, he sacrificado mi sonrisa y mis ganas de tí, y ahora... sólo tengo ganas de morir.

Te haré daño a tí, y a Ifrit, y a Ruk y...
Y a mí.

Dime... dime que me amas.


tananana...


Quizá... si vuelo ahora, quizá, sólo entonces, pueda sacar la fuerza que me falta y renacer.
Renacer, cual Fénix renace de sus cenizas.
Pero, antes de las cenizas, viene el fuego, ¿no?

Puede que todo esto haya tenido que pasar.

Pero volveré, lo prometo.
Lo prometo de corazón.


Ala, está lloviendo ahi fuera... voy a sacar las pompas de jabón."


Naia escribe en su libreta de pensar, pero mira, se desconcentra enseguida. Y ya sabemos lo que le gustan las pompas de jabón.

12.12.09

~




A las 12 de la mañana ya era la leona oficial de la casa.

Y se iba caminando descalza y de puntitas a la nevera para devorar algo dulce y acurrucarse en el sofá a ver dibujos animados.

10.12.09

...but the way that I feel about you is beyond words


In a manner of speaking

Semantics won't do

In this life that we live we only make do

And the way that we feel

Might have to be sacrified

So in a manner of speaking

I just want to say

That just like you I should find a way

To tell you everything

By saying nothing.

8.12.09


Igual luego el zumo le asqueaba, pero le encantaban las pajitas de colores.

6.12.09

...

I didn't mean to run when you came for me
I just got scared because I didn't believe
So catch me if you can, I'll be needing you too
And now you can...
So make this quick
Because I never got my fix
And I miss you...
But time marches on!
Take me now
For all I am
No matter what I've said...
Time marches on!

2.12.09

A Naia...

... cada viernes por la tarde, en otoño, se le caía una lagrimita de esas que apenas se ven.

Le sucedía cuando empezaba a oscurecerse el cielo, y su cuarto se iba apagando, confiriéndole un aspecto abandonado. Y recordaba tiempos anteriores en lo que esos atardeceres eran el presagio de las risas nocturnas, cuando salía para encontrarse una vez más en el punto acordado, y hasta la madrugada no volvía a su casa, llena de emoción y de cansancio.

Pero ahora se quedaba sentadita, muy quieta, abrazándose las rodillas y a Ifrit, y observaba la noche extenderse entre azoteas y calles, mientras esa lagrimita le resbalaba por la mejilla y sus voces se oían lejanas, como si aún estuvieran ahí fuera...