... apareció, y la miró, con su descaro habitual.
-Hola -sonrió- me llamo Trece, ¿y tú?
Tras un largo silencio, y al ver que Naia no se apartaba del cristal, se acercó a ella.
Naia se giró y la miró a los ojos, provocándole un leve escalofrío.
-Le quieres, ¿no es así? -Naia siguió en silencio- Y también quieres quedarte, en el fondo -siguió sin contestar- Bueno, y si es así, ¿porqué no lo haces?
-Bueno, yo... -agachó la mirada- no tengo otra opción.
-Entiendo... -se quedó pensativa, frunciendo el ceño.
Naia sonrió, de repente, y le presionó la naricita con el dedo índice.
La pequeña puso cara de sorprendida, y rió con ella.
En su cabeza, ya sabía qué iba a regalarle a los que aquella muchacha iba a dejar atrás, mientras la voz de Simone resonaba en su cabeza, lejana...
I believe in nothing, but the beating of our hearts...
Cada vez estoy más convencido de que, si Emily Strange tiene éxito, el mundo al otro lado del espejo podría pegarle 12000 patadas.
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