Que si vienes a mi mundo, estará todo al revés.
Las luces del techo parpadean y la botella de vodka está medio vacía.
Un montón de libros se acumulan en mi mesa, y melodías otrora bellas enmudecen en mis manos.
El cariño no se compra, y las intenciones no siempre cuentan.
Que si he pasado la noche llorando, es por falta de ilusión.
Y mi diario se queda abandonado en un rincón, ya ni siquiera tengo ganas de contarle cómo sus gritos apagaron mi corazón.
Hum... Suena como un lamento pagado...
ResponderEliminarPuede que no use el diario, pero sí usa estas líneas...