El mundo al otro lado del espejo.

26.12.09

Tengo ganas...


... de nata montada, pero de pastelería, y de un poco de champagne fresquito en copa larga, aunque no me guste.

Tengo ganas de camisas blancas con chaleco a rayas, y de rizos suaves que me caigan en la cara.

Tengo ganas de sonrisa dulce y de mirada relajada, habiendo ahuyentado estas constantes migrañas.

Tengo ganas de té de melocotón y de café en taza pequeña, con mucho azúcar y unas pastas, camarero, por favor.

Tengo ganas de tener más ganas, de dejar de hacer equilibrios en un hilo resbaladizo sobre un acantilado de esos oscuros sin final.

Tengo ganas de ser desaliñada en la intimidad, con las luces parpadeando, un chupito de vodka azul y el pelo enmarañado, en mi habitación desastrada y llena de trastos pequeñitos en cada rincón, mientras suena alguna canción con un leve ruido de vinilo antiguo (como aquellas de Nouvelle Vague, Marlango, o alguna aria de Schmidt).



Y, aun después de todo esto, sigo teniendo ganas.

3 comentarios:

  1. Ya lo sabes: nadie te ha puesto en el acantilado, sino que es ahí donde te han llevado tus pasos... En tus manos está dejar que caminar por hilos resbaladizos.

    ResponderEliminar
  2. o.o

    No, no, no era mi intención sonar así... Ya, me ha quedado muy escueto y directo... pero es que realmente no me quedaba mucho más que decir. Comprendo que ves lo que tienes delante sin necesidad de que alguien lo intente evidenciar aún más.

    Total, sabes que, al fin y al cabo, ahí estoy para leerlo todo, ¿no?

    =)

    ResponderEliminar

Dímelo.