El mundo al otro lado del espejo.

30.4.10

Respira hondo.


Hasta que sientas cómo se llena de oxígeno hasta el último rincón de tus pulmones.

Plantéate qué estás haciendo, plantéate qué vas a hacer, plantéate todo.
Menos por qué la colilla sigue encendida, y por qué sigues empeñándote en menospreciar tu vida como si no hubiera un mañana.

Las cosas han cambiado. Mucho. Más de lo que imaginas.
No puedes pretender que respondan, después de tantas niñerías, a tus señales de humo con urgencia y agradecimiento.

Una vez te dijeron que eras el tipo de persona que se quedaba sentada esperando a que el mundo viniera a ella, porque de hecho ocurría así.
Pero ahora el mundo se ha parado, y tiene mejores cosas que hacer que fijarse en la chica de la tercera fila que se retoca los labios con su espejo de bolsillo.

Y no sabes hacer nada más, salvo seguir esperando a ver si alguien reacciona y te pide el número de teléfono para quedar, o simplemente te saluda.
Sí. Con un "Hola" te bastaría. Te bastaría para no sentirte invisible.


La chica se levanta y se va.
Ha quedado con la mujer que nunca habla, la única que sabe su secreto.

20.4.10

Escríbeme


Escríbeme
cuando el viento desnuda los árboles
Y los demás se han ido al cine ya
pero tú quieres estar solo
y de hablar no tienes ganas, ahora

Escríbeme

menos vulnerable tú te sentirás
cuando en la gente encontrarás
solamente indiferencia
Quiero que nunca te olvides tú de mí

Y si no encuentras palabras
especiales que decirme
por favor no te preocupes,
puedo comprenderte
Para mí es lo bastante
si me piensas un minuto
Porque puedo acontentarme
si me mandas un saludo
Nos basta poco

para sentirnos más cerca

Escríbeme
cuando el cielo limpio volverá a brillar
y los días se prolongarán
No esperes a que acabe el día
si tú quieres cantar...

Escríbeme

también cuando creerás
que te has enamorado
Quiero que nunca te olvides tú de mí

4.4.10

Inocencia corrompida.


Lo más probable es que un niño de doce años no tuviera ni la más remota idea de lo que sus palabras podían provocar en su hermana pequeña.
Le llenó la cabeza de pájaros, por así decirlo.

Me quedé un par de horas leyendo ese libro que encontré, sólo por el hecho de que en la primera página blanca había una dedicatoria a mi nombre, firmada por una persona ya fallecida.
Pero el final es el mismo, y es que el pequeño ángel se suicida lanzándose al vacío desde lo alto de un depósito de agua.

"Vi sus alas, y se reunió con el buen Dios", dice su hermano.
Pero nadie dice la verdad, que Hanna se precipitó hacia el suelo, convirtiéndose en una masa de sesos esparcidos por el asfalto, frente a la mirada atónita de los que estuvieran allí.

Y no puedo evitar pensar en Naia cada vez que veo la ilustración de la tapa del libro en cuestión; en Naia y en su inocencia pasada por años, que ahora podría hacer una descripción con todo lujo de detalles de la macabra escena.

¿Divinidad o tragedia?
Si buscas una explicación celestial, quédate arrodillado en tu iglesia, charlatán.

1.4.10

·


Quizá no haya sido una buena idea esto de vivir.