Le sonó el móvil por primera vez en toda la noche.
Era un mensaje suyo.
Esperó, pero su móvil no volvió a sonar.
Realmente nunca le había dado importancia a ese hecho tan simple, pero justo entonces, cuando le faltaba, notó que en verdad sí que se la daba.
Se hizo con un vaso de vodka, se sentó en un rincón alejado del resto y ladeó la cabeza, intentando no llorar.
Había caído en el olvido para más personas de las que imaginaba.
Y se sentía tonta, tonta, tonta por ser siempre tan pasional y sensiblera; tonta, con los problemas que siempre le traía.
A la mierda la realidad.
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No es que defienda que haya que perder contacto con la realidad, sino enfrentarse a ella, pero se que si fabricamos aquel Baluarte contra Todo, podemos fabricar otro de vez en cuando... Y te diria que mejor sola que mal acompañada, pero como tu ni estas sola ni mal acompañada, no sirve ^^
ResponderEliminarI got it, ;)
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