Llevo un peso dentro que me reconcome las entrañas.
Es un monstruo pegajoso y negro, como el alquitrán. Destruye, arrasa, arrastra hasta el fondo.
Y cada vez que lo hace vuelvo a reflotar.
Es la lacra que mancha todo lo bueno que hay en mí. Pero sigue siendo parte de lo que soy.
No puedo borrarlo. No puedo luchar contra él.
Solo puedo amordazarlo y cruzar los dedos porque esta vez tarde más en desatarse y me deje respirar un día más..
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