El mundo al otro lado del espejo.

12.10.10

Tuviste tu oportunidad.

Y no la aprovechaste.


Durante un breve período de tiempo, mantuve una herida abierta, necesitada de atención.
La intentaste sanar un día.
Y ya no te vi más.

Probablemente, no, seguramente no fue aposta.
No quisiste que me desangrara sola.
Esperaste mi llamada.

Pero si te hubieras parado a pensar, te habrías dado cuenta de que eso no iba a ocurrir.
Tampoco fue adrede por mi parte.
Simplemente, no tenía cobertura. Toda yo. Entera.


Y precisamente ese al que han llamado horrible fue quien sanó la herida que él mismo (con mi ayuda) había provocado.

Así que, tuviste una oportunidad.
Y no te diste cuenta.


Alguien tenía que decirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dímelo.