El mundo al otro lado del espejo.

12.5.10

Anne grita con la pluma en el papel.

Pero es que estoy harta. Harta y cansada.

Me da la impresión de que no vives en mi misma realidad.
Pronto me habré ido. Me habré ido para siempre.

Y tú seguirás escribiéndome en un idioma que paeces creer que no entiende nadie más, y me hastía verte luchar una y otra vez por nada, insistir como un tonto después de haber hecho tonterías.

Abre los ojos de una puta vez, no estoy hecha para tí ni tú para mí, y ninguno de los dos hemos tenido nunca un amigo de verdad.

Y me cansaré cuando vea tu respuesta desesperada, o tal vez desinteresada, o para mi sorpresa, no la haya.
¡Ojala! Ojala te des cuenta por fin de que el juego terminó, y que sólo nos quedan los murmullos de las melodías con que cada uno recuerda al otro.

Y es así porque ambos, inconscientemente, lo decidimos, y no merece la pena que lo niegues, porque volverás a ser patético, como siempre Como siempre que te niegas a tí mismo que yo ya no estoy ahí. Como siempre que te convences de que, por arte de magia, mis días se alargarán y llegaré a vieja.

¡Pues no! ¡Hazte a la idea, joder!
¡Me voy a morir, y pronto!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dímelo.