... se despertó. El teléfono estaba sonando. ¿En qué mala hora decidió meterlo en su habitación?
Después de colgar se levantó, deshecha y con hambre de café. Salió al balcón para darse los buenos días, y respiró hondo -hasta notar que se le llenaban los pulmones.
Hacía tiempo que no estaba consigo misma. Y es que habían pasado tres semanas ya y aun no lograba encontrarse.
Pero empezaba a encontrar pistas